Chemin à la folie

"El hombre es la medida de todas las cosas" no recuerdo ahora que filosofo esta frase repetia y cuanta razon encerraba en simples palabras, condicionados a la mentalidad de nuestra sociedad desde el nacimiento comenzamos la matanza de nuestras alegrias e ilusiones, de niños iniciamos el recorrido por el sendero de la muerte, al principio todo parecia sencillo, los juegos que hoy nos parecen tontos nos llenaban de felicidad, despues, conforme el tiempo hiba pasando fuimos penetrando por las profundidades de aquellas catacumbas de ilusiones, desprovistos de toda defensa buscabamos refugio ante aquella realidad que se nos presentaba, aun asi y con el miedo en nuestros ojos decidimos seguir por estos parajes que tanto nos aterraban, el tiempo seguia su andar y nosotros teniamos que proseguir por este valle de lagrimas, las imagenes de duendes jugando con nosotros fueron suplantadas por reglas que aun sin estar necesariamente escritas teniamos que seguir, asi, nuestra forma de ver las cosas va cambiando con el tiempo y los sucesos que vivimos en este peregrinar, asi cada uno es el artifice de su propio destino al desplazarse por las diferentes rutas que nos proporciona este laberinto, hay quienes se limitan a seguir al resto, hay quienes tratan de independizarse, hay otros que se quedan perdidos.

Muchos seres son felices con lo que tienen, encomendados a algo que quiza no conocen sienten seguridad en su vida, otros volcan su empeño en cosas materiales y otros tantos se vuelven mas espirituales, pero existen tambien aquellos seres que elegimos caminar en busca de nuestro mundo, de una realidad diferente a la de todos, un mundo sin mascaras, sin falsedades, donde la luna es la reina solemne de nuestro tiempo, aun anclados a este mundo logramos despegar a travez de la literatura, a travez de las fantasias que nos llegan como soplo magico, no necesariamente emprendemos el vuelo a los campos que muchos buscan, donde creen que todo es dicha y felicidad, no buscamos aquel mundo de color rosa, nosotros nos refugiamos en un abismo oscuro, donde existen seres inimaginables, donde las emociones nos mantienen vivos, buscamos la realidad de lo irreal, vagando por tiempos arcaicos, visitando santuarios de antiguas divinidades, siempre presentes en medio de las sombras, escribiendo a veces el diario de nuestros viajes, refugiados en el olvido, perdidos en medio de la locura, perdidos en nuestra propia demencia...



Bienvenue à mon monde d'espérances mortes.